30 de enero de 2013

Juan J. Pérez

Juan José Pérez
Juan José Pérez

Nació el  28 de agosto de 1814 en La Paz, en el seno de una familia de clase media acomodada dedicada al comercio formada por su padre José Benito Pérez Pacheco y su esposa.

A los 14 años Juan José se unió al ejército boliviano participando en las primeras campañas militares de ese país, pero no sería hasta el gobierno del mariscal Andrés de Santa Cruz cuando empezó su ascenso en la milicia tomando parte en las distintas empresas que el mariscal emprendió en Perú para lograr la creación de la Confederación Perú-Boliviana. Durante este último conflicto cayó prisionero del ejército chileno pero escapó y tras pasar por Ecuador donde, tras su derrota en Yungay, se encontraba Santa Cruz regresó a Bolivia con la misión de trabajar en el regresó del derrocado presidente y ex protector de la Confederación.

A pesar de ser edecán del general José Miguel Velasco y opositor a José Ballivián como muchos otros oficiales bolivianos se unió al ejército de este último caudillo cuando se produjo la invasión peruana del general Agustín Gamarra distinguiéndose en la Batalla de Ingavi que aseguró definitivamente la independencia de Bolivia. 

Dado que Pérez nunca abandonó sus simpatías por Santa Cruz conspirando continuamente en su favor fue enviado fuera del país como edecán de la legación boliviana en Perú, país donde permanecería hasta 1846. Tras el derrocamiento de Ballivian en 1847 vuelve al ejército siendo nombrado Prefecto del departamento de Cobija.

Durante los años siguientes su vida estaría vinculada a las distintas revoluciones y contrarevoluciones en la inestable república boliviana siendo desterrado nuevamente y regresando igualmente al país otras tantas veces. Durante estos turbulentos años fue comandante, durante un año y tres meses, del batallón 59 de Infantería (los famosos Colorados).


Cuando se inició la guerra del Pacífico el ya anciano general Juan José Pérez era uno de los más experimentados y veteranos oficiales del ejército boliviano, rotas las hostilidades se unió a las tropas de su país que marcharon a Tacna para unirse con el ejército peruano en virtud del tratado de alianza defensiva.

Iniciada la invasión chilena con el desembarco de su ejército en Pisagua, las tropas aliadas iniciaron la marcha para reunirse y combatir al ejército chileno, el grueso del ejército aliado al mando del general Juan Buendía se encontraba próximo a la estación de Dolores y desde el puerto peruano de Arica, el presidente de Bolivia Hilarión Daza debía unírsele con aproximadamente 3.000 soldados bolivianos para librar una batalla decisiva. Sin embargo a poco de ponerse en marcha el ejército de Daza dio media vuelta y regresó a Arica, este hecho tuvo consecuencias desastrozas para la moral de las tropas bolivianas que se encontraban con Buendia y tras la batalla de Dolores se dispersaron por completo regresando a su país y abandonando al ejército peruano que hubo de replegarse a Arica, venciendo en Tarapacá a una división chilena que había sido enviada a cortar su retirada. A pesar de este aislado triunfo todo el departamento de Tarapacá quedó en manos chilenas.

El general Juan José Pérez sería quien denunciaría la traición de Daza publicando en un manifiesto que mientras sus tropas, encabezadas por el batallón Colorados, querían continuar adelante para batir a los chilenos, él las engañaba diciéndoles que el presidente peruano Mariano Ignacio Prado les necesitaba al norte de Arica para rechazar una nueva invasión chilena; y por otra parte telegrafiaba a Prado que sus tropas y oficiales se rehusaban a continuar la marcha.

Poco después de la Traición de Camarones, Daza sería derrocado por sus tropas asumiendo el mando del ejército el general Narciso Campero y siendo nombrado el general Pérez como Jefe de Estado Mayor del ejército aliado.

El 26 de mayo de 1880 se libró en las afueras de Tacna la sangrienta batalla del Alto de la Alianza en la cual el general Juan José Pérez fue mortalmente herido.


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Imagen, gentileza de Rodrigo Bugueño

Saludos
Jonatan Saona

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