10 de diciembre de 2012

Guillermo Billinghurst

Guillermo Billinghurst A.
Guillermo Billinghurst Angulo 


Nació en Arica, el 27 de julio de 1851. Fue hijo de Guillermo Eugenio Billinghurst y Belisaria Angulo Tudela. Su abuelo fue el patriota inglés Roberto Billinghurst, a quien el gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata dio la primera ciudadanía argentina por sus servicios a la independencia, y cuyo nombre lleva actualmente una calle de Buenos Aires.

Sus primeros estudios los realizó en su ciudad natal, pasando luego a Buenos Aires para seguir ingeniería, pero al fallecer ahogado su padre durante el maremoto de Arica de 1868 tuvo que retornar para hacerse cargo de los negocios salitreros familiares. Fue amigo de Alfonso Ugarte y se mostró partidario de Nicolás de Piérola desde los comienzos de su irrupción en la política; por ello acompañó a dicho caudillo en sus tres intentonas golpistas: primero, en la expedición del “Talismán” de 1874; luego en la revuelta de Moquegua que culminó con la derrota en Yacango en 1876, y finalmente en la sublevación del Huáscar de 1877, que culminó en el episodio heroico del combate de Pacocha contra los buques de la escuadra británica. En 1878 fue elegido diputado por Tarapacá.

Durante la guerra con Chile y tras el ascenso de la dictadura de Piérola fue nombrado coronel del Ejército de Reserva y luego jefe de estado mayor del Ejército del norte. Hizo una arriesgada visita al interior de Bolivia para estudiar la posibilidad de una ofensiva sobre el territorio chileno, que consideró practicable. Participó en la defensa de Lima, batiéndose con denuedo en el Morro Solar, el 13 de enero de 1881, y tanto impresionó su valor a los mismos chilenos, al punto que estos le perdonaron la vida. Herido y prisionero, fue trasladado a Chile.

Después de firmada la paz, sirvió como cónsul del Perú en Iquique. Hacia 1887 inició un pleito a la casa Campbel Outram, del que había sido socio su padre muerto en 1868, cuyos derechos hasta entonces no se habían reclamado. El asunto llegó hasta los tribunales de Santiago de Chile y fue objeto de una transacción en 1889. Cada uno de los tres hermanos Billinghurst, Guillermo, Roberto y Celia recibió unas 20.000 libras esterlinas. Más tarde Guillermo heredó a sus dos hermanos. Todo ello, junto con el producto de la venta de las aguas de Pica a la compañía del agua potable de Iquique y las acciones de varias salitreras, entre otros negocios, le dieron una buena posición económica.

Militó también en el periodismo, tanto como redactor como editor. Cooperó en 1882 en la fundación del diario de Iquique La Industria que redactó el escritor colombiano Justiniano de Zubiría. En 1888 fue fundador y director del Ateneo de mismo puerto.

Billinghurst fue miembro del Partido Demócrata que fundó Piérola en 1884 y a quien ayudó económicamente en su revolución contra el gobierno del general Andrés Avelino Cáceres, entre 1894 y 1895. Los triunfadores (los demócratas, aliados con los civilistas) fueron después considerados arquitectos de una inesperada estabilidad política y económica surgida en el país desde 1895, tras una sangrienta guerra civil, pero a la vez pusieron en marcha cambios sociales profundos que luego alteraron el panorama político del Perú.

Billinghurst fue elegido primer vicepresidente del gobierno constitucional de Piérola (1895 - 1899), así como senador por Tacna en 1895, y presidente de su cámara en 1896.

Nombrado ministro plenipotenciario ante Chile, hizo varias intentos de resolver el conflicto con Chile por los territorios de Tacna y Arica, habiendo ya vencido el plazo de la realización de un plebiscito según lo previsto en el tratado de Ancón. El 9 de abril de 1898 suscribió un memorándum con el ministro de Relaciones Exteriores chileno Raimundo Silva Cruz, donde se acordaba la realización del plebiscito y como árbitro se requería a la Reina de España, María Cristina de Habsburgo-Lorena, para determinar las condiciones de voto. Como resultado de este acuerdo se firmó en Santiago, el 16 de abril de 1898, entre Billinghurst y el nuevo canciller chileno, almirante Juan José Latorre, el Protocolo que lleva sus nombres y en el que en sus XVIII artículos se consignaban los acuerdos tenidos para la realización del Plebiscito. El Protocolo de Billinghurst-Latorre, aprobado inicialmente por el Senado chileno, no fue ratificado por la Cámara chilena de Diputados, y el asunto volvió nuevamente a prorrogarse indefinidamente. Debido a este revés y a la política de “chilenización” desatada en Tacna y Arica, se interrumpieron las relaciones diplomáticas entre Perú y Chile en 1901, las que fueron restablecidas en 1905, para volver a interrumpirse en 1909.

En 1899, ante la proximidad de las elecciones, parecía natural la candidatura de Billinghurst por el partido demócrata, pues había colaborado mucho con Piérola y su régimen, pero los ataques enconados que hizo a los civilistas (aliados de los demócratas en el gobierno) motivó que su propio partido pusiera veto a su postulación. Billinghurst se retiró entonces de la política para consagrarse a sus negocios. Solo retornó al plantearse la reorganización de su partido en 1908.

En 1909 fue elegido alcalde de Lima, cargo que ocupó hasta fines de 1910, y que le sirvió como antesala para su postulación a la presidencia. En tal investidura se mostró siempre a favor de las clases populares e hizo una vasta labor edilicia.
Ordenó la incineración de los barracones inmundos que servían como hospital de variolosos y que constituían un peligro de infección en los barrios de Maravillas y el Prado y erigió un parque en aquella zona.
Hizo demoler el viejo y sucio callejón de Otaiza, y abrió una calle limpia y ventilada entre Rectora y el Capón para dar comunicación a dos populares barrios y facilitar el tráfico hacia el mercado de la Concepción.
Instaló puestos de venta de carne a precios al alcance de los pobres en diversos barrios de la capital; y, en los altos del mercado central, habilitó varios locales para el expendio de raciones formadas por diversos víveres en proporciones convenientes y a precios cómodos.
Persiguió a los vendedores que defraudaban a sus clientes en el peso de sus artículos.
Tuvo la iniciativa de los juegos florales de 1909, realizados por vez primera en Lima. Hizo innovaciones en las obras de agua potable e inauguró las de Magdalena del Mar.
Adquirió un coche eléctrico regador de calles y una máquina para la pavimentación.
Pavimentó las avenidas que conducen al Cementerio y varias calles.
Consolidó la deuda municipal y pagó los déficits de ella.
Inauguró el tranvía eléctrico a La Victoria.
Realizó en las Fiestas Patrias de 1910 un sorteo de casas para obreros.
Dejó abierto el Polígono Municipal de tiro de San Jerónimo.
Inauguró el monumento a Antonio Raimondi en la nueva Plaza Italia en agosto de 1910. Esta fue una obra del escultor milanés Tancredi Pozzi.

Al acercarse el término del período presidencial de Augusto B. Leguía se convocó a elecciones. Leguía pertenecía al Partido Civil, y había conformado su propio grupo de partidarios, llamados civilistas gubernamentales, que eran dueños de la mayoría en las dos cámaras del Congreso, así como controlaban los órganos electorales. Contando con todo ello a su favor, lanzaron la candidatura de Ántero Aspíllaga, uno de los miembros más importantes y conservadores del partido. Hijo de un ciudadano chileno y de una dama peruana, sus oponentes lo acusaban de ser un peruano-chileno incapaz para el cargo.

De otro lado, el Partido Civil Independiente, el Demócrata, el Liberal y el Constitucional, no lograron un acuerdo para lanzar una candidatura común. Terminaba ya el proceso eleccionario con la sola candidatura de Aspíllaga y todo apuntaba a que sería electo presidente, cuando bruscamente saltó a la palestra política el señor Billinghurst, prestigiado por su política populista en el municipio de Lima. Billinghurst combatió la candidatura del señor Aspíllaga y se vio apoyado por un movimiento popular surgido espontáneamente en el país. Una gran manifestación ocurrida el domingo 19 de mayo de 1912, fue decisiva para la victoria de Billinghurst. Se inició en la Alameda de los Descalzos y recorrió las principales calles de la capital. En él se exhibieron unos carteles con un pan enorme con la promesa de que sería vendido a cinco centavos si Billinghurst llegaba al poder, contrastando con un pequeño pan cuyo precio sería de veinte centavos si subía Aspíllaga; ofrecimiento demagógico que fue el origen del apodo de "Pan Grande" dado a Billinghurst. De otro lado, Piérola, el viejo caudillo demócrata y amigo de Billinghurst, no dio su apoyo a este movimiento.
Amparado por su arrolladora popularidad, Billinghurst solicitó la nulidad del proceso eleccionario, arguyendo entre otras razones que no se habían inscrito en el registro muchos ciudadanos. El 25 de mayo, día inicial de las elecciones, los partidarios de Billinghurst organizaron un paro general en Lima y recorrieron las calles para romper las mesas electorales y poner en fuga a su personal. Los civilistas eran incapaces de manejar las nuevas fuerzas sociales que sus mismas políticas generaron y acordaron complacer el pedido popular. El Congreso anuló las elecciones y eligió Presidente de la República a Guillermo Billinghurst para el período 1912-1916 (12 de agosto de 1912). A cambio, los civilistas obtuvieron que Roberto Leguía, hermano del presidente, fuera el 1º vicepresidente.

El 24 de septiembre de 1912, Augusto B. Leguía entregó la banda presidencial a Guillermo Billinghurst, quien no llegaría a cumplir el período constitucional de 4 años.
Como en ese entonces al elegirse Presidente no se elegía simultáneamente a los representantes al Congreso, sino que éste se renovaba cada dos años por tercios, Billinghurst se encontró con un Congreso que tenía una mayoría leguíista y civilista que le era hostil. Una serie de choques entre la mayoría del Congreso y el Gobierno dieron por resultado la prisión de Leguía y luego su deportación a Europa.
De otro lado, a pesar de pertenecer a la oligarquía peruana, Billinghurst reivindicó los derechos obreros, lo que le atrajo las censuras de los elementos conservadores del país y alentó más los reclamos de la clase trabajadora, a través de una serie de huelgas. En la cuestión de Tacna y Arica, propició unas negociaciones cablegráficas con Chile, cuyo objeto era aplazar la realización del plebiscito hasta 1923, política que los opositores del régimen calificaron de “chilenizante”. En realidad, Billinghurst era consciente de que por el momento el Perú no podía enfrentar militarmente a Chile y calculaba que hacia la década de 1920 recién llegaría a superarle, siempre en cuando el país siguiera la senda del desarrollo en paz trazada por Piérola.

Obras y hechos importantes
Buscó el acercamiento entre obreros peruanos y chilenos con la invitación que los organismos sindicales de ambos países hicieron para que grupos de trabajadores acudieran como invitados durante la celebración de las fiestas nacionales de Perú y Chile. Billinghurst fue el promotor de la acción internacional del obrerismo peruano.
Dio el primer decreto sobre la Reglamentación de Huelgas, el 24 de enero de 1913, en vista de la serie de huelgas que estallaron en Lima y amenazaban con extenderse por todo el país.
Dio la jornada de ocho horas para los trabajadores del Muelle y Dársena del Callao mediante decreto ley del 10 de marzo de 1913.
Estableció la enseñanza de Religión e Historia Sagrada en las escuelas del país.
Se creó el departamento de Madre de Dios por ley del 26 de diciembre de 1912.
Se creó la Compañía Recaudadora de Impuestos mediante ley Nº 1566 del 28 de marzo de 1912.
Entre febrero y marzo de 1913, se realizó una matanza de indios en las zonas de Chucuito y Azángaro, bajo el pretexto que intentaban sublevarse contra las autoridades. En realidad, los indígenas sólo reclamaban el cese de los abusos de gamonales y terratenientes. Este abominable suceso mereció la condena nacional porque la matanza fue premeditada y apoyada por los grandes hacendados

El golpe de estado de 1914
Como el Congreso seguía mostrándose adverso, Billinghurst decidió disolverlo y luego hacer una consulta plebiscitaria para reformar la Constitución. Su idea era hacer que coincidieran la elección del Presidente y las de los miembros del Parlamento, de modo que el primero pudiera disponer de mayoría congresal, a fin de facilitar la labor del Ejecutivo. 
El conflicto entre Billinghurst y el Congreso llegó pues a su punto más alto. Grupos armados del pueblo vitoreaban de noche al Presidente; se dijo incluso que éste tenía planeado armar a los artesanos y obreros billinghuristas, a fin de tener una fuerza de choque para llevar a cabo sus propósitos. Por su parte, los grupos políticos opositores alzaron la bandera de la defensa del Congreso y solicitaron el apoyo de las fuerzas armadas. En la conspiración contra el gobierno se hallaban el diputado Arturo Osores, el periodista Alberto Ulloa Cisneros, director del diario La Prensa (que fue clausurado por su campaña opositora), el montonero Augusto Durand y los hermanos Javier, Jorge y Manuel Prado Ugarteche.
Ya todo estaba dispuesto para decretar las reformas constitucionales, cuando en la madrugada del 4 de febrero de 1914 se pronunció la guarnición de Lima, bajo la dirección del Jefe del Estado Mayor del Ejército, coronel Oscar R. Benavides. El Palacio de Gobierno fue atacado, siendo reducida la guardia presidencial tras un enfrentamiento sangriento. Billinghurst fue tomado prisionero, obligado a dimitir y luego deportado rumbo a Iquique. 
Derrocado Billinghurst, se formó una Junta de Gobierno presidida por Benavides, con la anuencia del Congreso, y luego el Congreso eligió al mismo Benavides Presidente Provisorio

Por un tiempo Billinghurst se radicó en Arica, antes de pasar a Iquique. Falleció allí, el 28 de junio de 1915, en vísperas de cumplir 64 años. La resolución legislativa Nº 2249 del 20 de septiembre de 1916 ordenó que sus restos fueran trasladados a Lima, tributándoseles los honores correspondientes al cargo de Presidente de la República. El gobierno de Chile, en señal de solidaridad americana, también decretó honores presidenciales al cadáver que era repatriado, a pesar que entonces no existían relaciones diplomáticas entre Chile y Perú. En el Callao y Lima hubo imponentes manifestaciones de duelo.

Billinghurst volcó su interés por los asuntos regionales de Tarapacá en una valiosa serie de publicaciones:
Rápida ojeada sobre la cuestión del salitre (1875).
Corona fúnebre de Alfonso Ugarte (1880)
Reconocimiento militar del río Desaguadero y de la altiplanicie andina (1880).
Estudio sobre la geografía de Tarapacá (1886).
Condición legal de los peruanos nacidos en Tarapacá (1887).
El abastecimiento de agua potable del puerto de Iquique (1887)
Los ferrocarriles salitreros de Tarapacá (1888).
Los capitales salitreros de Tarapacá (1889).
Reglamento de exploraciones agrícolas en la montaña (1898).
Legislación sobre salitre y bórax en Tarapacá (1903).
Documentos relativos al ferrocarril de Patillos (1908).
Irrigación por medio de pozos artesianos (1909).
Discurso programa (1912).
A la nación (1915).


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Imagen, foto de Guillermo Billinghurst, tomada en Lima en el estudio de E. Courret y Cía

Saludos
Jonatan Saona

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